Tim Robbins y Martin Lawrence forman una extraña pareja en "Nada que perder". Un perdedor que cree que ha sido engañado por su mujer será atracado por un ratero de poca monta. Hasta ahí no hay mucho que destacar, pero ese encuentro que debía ser fugaz se convierte en una aventura en la que estos dos personajes, en principio antagónicos, unirán sus fuerzas en una última aventura.
En la peli, que no es nada del otro jueves, se puede encontrar alguna situación realmente graciosa, como la que ambienta el único éxito del estrafalario y en la actualidad desaparecido Scatman John.