La segunda entrega de Terminator llegaba siete años después de la cinta original, nuevamente de la mano de James Cameron.
Cameron, siempre al tanto de los últimos avances técnicos, utilizó imágenes generadas por ordenador (CGI) para crear al antagonista de Arnold Scwarzenegger, encargado esta vez de salvar la vida a John Connor.
Fue la producción más cara de la historia, en el momento de su estreno, con un coste de 100 millones de dólares, convirtiéndose en la segunda película más taquillera de la historia de la época, recaudando en todo el mundo 520 millones de dólares, siendo tan sólo superada por E. T., el extraterrestre.
Acción a raudales, en la que encaja perfectamente esta canción de Axl Rose y compañía.
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